Villar, F.; Triadó, C. y Osuna, M.J. (2003). Bienestar, adaptación y envejecimiento: Cuando la estabilidad significa cambio. Revista Multidisciplinar de Gerontología, 13, 152-162.
El presente artículo tiene por objetivo examinar las diferentes concepciones científicas del bienestar y su evolución en relación con el proceso de envejecimiento.
En el caso del envejecimiento, prácticamente todos los investigadores coinciden en que, a pesar de que pueda conllevar ganancias en ciertos ámbitos vitales, durante cierto tiempo o para ciertas personas, es un proceso que implica ciertas pérdidas y cambios amenazantes, cambios que tienen un especial carácter irreversible e incontrolable en dos ámbitos: el físico y el psicosocial.
En cuanto al ámbito físicobiológico, la pérdida de capacidades físicas y la mayor vulnerabilidad a enfermedades y problemas crónicos de salud son características cada vez más acentuadas a medida que pasan los años. Incluso los investigadores más optimistas no niegan la ocurrencia de estas pérdidas ni el descenso de los recursos biológicos de reserva asociados a la edad, no sólo referidos al rendimiento físico de la persona, sino también a su rendimiento cognitivo.
En el ámbito psicosocial, envejecer conlleva una serie de pérdidas también en gran medida irreversibles. La jubilación o la independización de los hijos en algunos casos y, sobre todo, la muerte de personas cercanas, son algunos de estos cambios.
En resumen, parece que el envejecimiento no sólo conlleva amenazas y las pérdidas reales, sino que la propia persona percibe el envejecimiento como un proceso de pérdida. Sin embargo, a pesar de ello, y quizá sorprendentemente, este proceso no afecta de manera significativa al bienestar subjetivo y satisfacción con la vida de las personas mayores, que se mantiene en unos niveles semejantes a los encontrados en personas jóvenes y de mediana edad. Una de las razones de estos resultados son que
Las personas ponemos en marcha una serie de procesos adaptativos que, en la mayoría de los casos, nos permiten afrontar con éxito los cambios de carácter negativo asociados al envejecimiento. 305
En conclusión, para envejecer con a pesar de las amenazas de pérdida, así como las pérdidasefectivas, son indiscutibles, el valor de implicarse en procesos de adaptación que permitan mantener nuestro bienestar a pesar de todo resulta fundamental, y su estudio nos puede ofrecer valiosas claves para comprender el proceso de envejecimiento con éxito.
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