Ana Mª Ruiz Molina
Torres González M. Fisiología del envejecimiento. En: Guillén Llera F., Pérez del Molino J., Petidier Torregrossa R. Síndromes y cuidados en el paciente geriátrico. 2ª ed. Barcelona: Elsevier Masson; 2008. p. 31-45.
El capítulo de este libro trata de los cambios fisiológicos que se producen a causa del envejecimiento en el organismo. Ofrece una información detallada y esquemas explicativos.
El envejecimiento es un proceso universal, intrínseco, progresivo y deletéreo caracterizado por la pérdida progresiva de la capacidad de reserva del organismo y de adaptación ante los cambios. Así, se produce un declive fisiológico que se desarrolla con diferente intensidad en todos los órganos y sistemas; y una disminución de los mecanismos fisiológicos que regulan el equilibrio del medio interno. A continuación, se definen las diferentes modificaciones que se producen.
o Modificaciones morfológicas.
Se producen cambios en la composición corporal: disminución de la masa celular, aumento de los depósitos de grasa, pérdida de peso y función de los órganos, diminución del agua corporal total y de la vascularización dérmica. La piel se vuelve áspera, menos elástica y seca, además comienzan a aparecer las arrugas. El pelo adopta un color gris blanquecino y a su vez, disminuye la velocidad de crecimiento ungueal y la producción de sudor. Las variaciones en la estatura son debidas a la disminución de la altura de los discos intervertebrales lo que contribuye al aumento de la cifosis fisiológica, la alteración de la lordosis sacrolumbar y el aumento de los diámetros biacromial y pélvico. El peso aumenta al inicio pero disminuye en etapas posteriores.
o Modificaciones de los sistemas de control.
Se generan cambios en el sistema inmunitario debidos a una menor resistencia a las infecciones, incremento de procesos autoinmunes y aumento de la susceptibilidad al cáncer.
En el sistema nervioso se observan diferencias específicas morfológicas, bioquímicas y funcionales que afectan a las células, la sinapsis, los neurotransmisores, la actividad sensorial y motora, y a los procesos cognitivos y afectivos. El cerebro sufre una disminución de peso y volumen debido a la atrofia cerebral. En el sistema endocrino, se produce un cese de la reproducción y disminución de la capacidad de adaptarse a las demandas externas y estrés. Las glándulas endocrinas pierden peso, se atrofian y fibrosan y presentan cambios vasculares.
En el sistema nervioso se observan diferencias específicas morfológicas, bioquímicas y funcionales que afectan a las células, la sinapsis, los neurotransmisores, la actividad sensorial y motora, y a los procesos cognitivos y afectivos. El cerebro sufre una disminución de peso y volumen debido a la atrofia cerebral. En el sistema endocrino, se produce un cese de la reproducción y disminución de la capacidad de adaptarse a las demandas externas y estrés. Las glándulas endocrinas pierden peso, se atrofian y fibrosan y presentan cambios vasculares.
o Modificaciones en los sistemas efectores.
En el aparato cardiovascular se presentan las siguientes modificaciones: es frecuente la aterosclerosis y la tendencia de elevación de la presión arterial, el corazón muestra una discreta hipertrofia del VI así como depósitos de amiloide, aumentan la postcarga y el tiempo de contracción sistólica mientras disminuye el llenado diastólico temprano.
El aparato respiratorio presenta: rigidez de la caja torácica, disminución de las secreciones, aumento del volumen residual y espacio muerto fisiológico, pero disminución de la capacidad vital y volumen de reserva espiratorio. El aparato digestivo sufre alteraciones que afectan a la actividad secretora y a la motilidad de las principales estructuras que lo integran. Los dientes se ven muy afectados y la deglución resulta menos eficaz debido a la desincronización de sus componentes. El estómago no presenta modificaciones a no ser que tenga alteraciones adicionales. El intestino sufre atrofia, proliferación de tejido conectivo y cambios vasculares. El hígado y páncreas disminuyen de tamaño, y éste último se endurece por el aumento de la fibrosis. El sistema nefrourológico se ve afectado por cambios celulares en nefrona, vejiga y próstata, además de un déficit de función que altera la excreción de fármacos y otras sustancias. El sistema musculoesquelético presenta: disminución de la masa ósea y muscular, aumento de los procesos de destrucción y de la fragilidad ósea, y disminución de la contractilidad, tono, extensibilidad y elasticidad muscular. Las alteraciones sensoriales son progresivas y las más frecuentes son las visuales y auditivas.
El aparato respiratorio presenta: rigidez de la caja torácica, disminución de las secreciones, aumento del volumen residual y espacio muerto fisiológico, pero disminución de la capacidad vital y volumen de reserva espiratorio. El aparato digestivo sufre alteraciones que afectan a la actividad secretora y a la motilidad de las principales estructuras que lo integran. Los dientes se ven muy afectados y la deglución resulta menos eficaz debido a la desincronización de sus componentes. El estómago no presenta modificaciones a no ser que tenga alteraciones adicionales. El intestino sufre atrofia, proliferación de tejido conectivo y cambios vasculares. El hígado y páncreas disminuyen de tamaño, y éste último se endurece por el aumento de la fibrosis. El sistema nefrourológico se ve afectado por cambios celulares en nefrona, vejiga y próstata, además de un déficit de función que altera la excreción de fármacos y otras sustancias. El sistema musculoesquelético presenta: disminución de la masa ósea y muscular, aumento de los procesos de destrucción y de la fragilidad ósea, y disminución de la contractilidad, tono, extensibilidad y elasticidad muscular. Las alteraciones sensoriales son progresivas y las más frecuentes son las visuales y auditivas.
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