Ana Mª Ruiz Molina
El anciano sometido a intervención quirúrgica.
· El 40% de la actividad quirúrgica se centra en el tratamiento de pacientes mayores de 65 años. Éstos, presentan un mayor riesgo para la cirugía que los jóvenes, así como una mayor estancia hospitalaria y morbilidad.
· El objetivo del tratamiento médico en ancianos es ofrecer la mejor calidad de vida posible a pesar de que supongan un mayor desafío.
· Las enfermedades digestivas son más prevalentes en este grupo de edad que se acompaña de una mayor comorbilidad afectando adversamente al resultado postoperatorio.
· La cirugía mínimamente invasiva (CMI) tiene ellos un mayor impacto que en jóvenes debido a: disminución del dolor postoperatorio, menor tasa de complicaciones cardiorrespiratorias, disminución estancias y rápida vuelta a la actividad física.
· Los procedimientos laparoscópicos en ancianos muestran una tasa de complicaciones y conversión mayor que en pacientes generales.
· Los pacientes de edad avanzada tienen una alta incidencia de enfermedades asociadas (la mitad de ellos son portadores de enfermedad coronaria).
· Es necesaria una correcta valoración preanestésica del riesgo cardiovascular y una adecuada monitorización durante la intervención para la detección y tratamiento de las posibles complicaciones hemodinámicas del procedimiento.
· Muchos de estos pacientes están en tratamiento antihipertensivo y cardiológico, que deberían ser mantenidos. Existe cierta controversia con los diuréticos e IECAS, por lo que debería considerarse el cese de ellos las 2 horas previas a la cirugía. Los pacientes con enfermedad cardíaca suelen estar en tratamiento heparínico por lo que tienen un mayor riesgo de hemorragia.
· El paciente quirúrgico anciano tiene un elevado riesgo para cualquier causa de fallo renal agudo, lo que se asocia a una mortalidad de más del 50%.
· Una presión de insuflación elevada puede comprimir la vena cava inferior comprometiendo el retorno venoso y la función cardíaca. Así, es recomendable una presión de menos de 8 mmHg para minimizar cualquier problema cardiovascular.
· La duración de la cirugía en ancianos puede incrementarse a causa de diferentes factores. Son esenciales la monitorización electrocardiográfica, la pulsioximetría y el control de la presión arterial, así como la medición de las presiones de la vía respiratoria e intraabdominal.
· La alta tasa de conversión asociada a estos pacientes parece deberse a que éstos, presentan procesos inflamatorios y complicaciones de esta enfermedad, además del incremento de la presión parcial de dióxido de carbono.
· Como complicaciones específicas a este tipo de pacientes nos encontramos con el edema agudo de pulmón que podría estar asociado a una excesiva fluidoterapia peroperatoria.
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