ROSA DOÑATE GONZÁLEZ
27/09/11 (BIBLIOGRAFIA1)
BIBLIOGRAFIA:
Reolid, M. Anciano sano. Cambios asociados al envejecimiento. En: Reolid, M, López, A, García, J, Villanueva, M, Leiton, Z. Enfermería: Geriatría y gerontología. 1ª edición. Albacete: Altabán ediciones; 2005. P. 97-101.
COMENTARIO:
Este libro nos haba del proceso normal de envejecer, puede verse alterado por multitud de factores tanto endógenos como exógenos, influye: herencia, sexo, raza, incidencia de obesidad, hábitos tóxicos, estrés y un largo etcétera.
En gerontología (ciencia que estudia todos los aspectos del envejecimiento: sanitarios, sociológicos, económicos, relativos al comportamiento, ambientales…) se considera el envejecimiento bien como un proceso fisiológico o bien como un proceso patológico. Binet y Bourlière definen el envejecimiento como “una serie de modificaciones morfológicas, psicológicas, bioquímicas y funcionales que aparecen como consecuencia de la acción del tiempo sobre los seres vivos“.
Se entiende por envejecimiento fisiológico aquel que cumple unos parámetros aceptados en función de la edad del individuo, y sobre todo, le permiten una buena adaptación al medio y por envejecimiento patológico cuando la incidencia de procesos altera los parámetros y dificultan la correspondiente adaptación.
Para diferenciar quien es viejo y en base a qué lo clasifica en diferentes edades: edad cronológica, fisiológica y/o biológica, psicológica y social.
Para considerar al hombre como un ser biopsicosocial se deben analizar los cambios producidos con el paso del tiempo desde tres puntos de vista: cambios biológicos, psíquicos y sociales.
Los cambios anatomofisiológicos, a nivel general se produce una involución de todo el organismo, no se manifiesta de forma uniforme, si se establece de forma progresiva llevando al individuo a una situación de progresivo deterioro conforme avanza la edad. Los cambios que más se notan son los referidos a la apariencia física, desde las modificaciones faciales a las de la expresión o la forma de caminar.
Para hacer una buena valoración debemos realizar un examen y valoración de los cambios que se consideran normales y diferenciarlos de los patológicos. Para ello podemos realizar el siguiente proceso:
1. Reconocer los cambios anatomofisiológicos considerados normales en el proceso de envejecer.
2. Observación, exploración adecuada.
3. Identificación de las consecuencias y posibles problemas de salud que se pueden derivar de cada situación.
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